viernes, 13 de enero de 2012

Cementerio nuclear, mejor dicho Almacén Temporal Centralizado de residuos radiactivo.

Estas últimas semanas hemos oído hablar del cementerio nuclear en todos los medios de comunicación, pero en ninguno, por los menos en los que yo he consultado, de una manera profunda y concreta el funcionamiento de dicho cementerio, simplemente se centraron en dar los datos de la superficie construida y la capacidad que tendrá y en algunos de ellos se atrevieron a decir el dinero que hasta ahora nos hemos gastado mandándole estos residuos a Francia, que según Manuel Fernández Ordoñez, Doctor en Física Nuclear, este pago asciende a una cifra de 60.000 € al día, según una entrevista a dicho Físico en el programa Hoy por Hoy de cadena Ser.

Estas cifras han hecho que en 2004 el Congreso de los Diputados aprobara por unanimidad hacer un almacén temporal centralizado, pero los políticos han eludido sus responsabilidades para no pagar el precio político de determinar el emplazamiento de ese almacén hasta este momento, en el que según mi opinión resulta una perfecta cortina de humo para desviar la atención de la economía nacional, aunque muy poco densa, ya que se han encargado de que los medios de comunicación no profundicen en el tema.

El Almacén Temporal Centralizado de residuos radiactivo (ATC), que así es como se hace llamar, estará situado en el municipio de Villar de Cañas (Cuenca) para guardar los residuos radiactivos de las centrales nucleares españolas.El ATC se basará en la instalación HABOG (siglas que en holandés se corresponden a las españolas ATC). Este complejo holandés, ubicado en Borssele, una localidad de unos 20.000 habitantes que tiene también una central nuclear, es "el sitio más seguro de este país", según sus responsables. Funciona desde 2003 y está preparado para resistir terremotos de grado seis en la escala Richter, inundaciones, explosiones de gas licuado, huracanes y hasta el choque de aviones.

La instalación Habog, almacén centralizado de Holanda. REUTERS


El ATC español tendrá una capacidad diez veces mayor que el holandés, pero su diseño será el mismo: una zona para recibir los residuos que llegan en tren o camión; una zona para tratar estos desechos; y el almacén en sí. También contará con un centro tecnológico para investigación y experimentación. Los residuos radiactivos se encerrarán en tres barreras superpuestas: unos muros exteriores de hormigón de al menos metro y medio de grosor capaces de resistir todo tipo de agresiones externas, un contenedor de acero y una cápsula también de acero dentro de la misma.

El Ministerio de Industria prevé una inversión total de unos 700 millones de euros. El municipio de Villar de Cañas recibirá 2,4 millones de euros anuales del Estado, mientras que los municipios que se encuentren en un área de doce kilómetros a la redonda recibirán 3,6 millones. Además, en concepto de cofinanciación, los ayuntamientos podrán contar con hasta otros 1,8 millones de euros si presentan un proyecto que implique el desarrollo local de la zona. Para la construcción de las instalaciones se estima un promedio diario de unos 300 trabajadores durante los cinco años de la primera etapa, con algún pico de hasta 500 trabajadores.
Según los responsables del Foro Nuclear, su instalación es "muy sencilla". En cuanto a su efecto en la salud, la central holandesa todavía no cuenta con datos epidemiológicos suficientes. Ahora bien, estudios realizados en una central similar de Suecia, construida en 1985, no han detectado aumento de enfermedades asociadas a la radiación entre la población limítrofe.

 Tras darse a conocer su emplazamiento, el ATC tendrá que pasar por varios trámites, entre ellos una declaración de impacto ambiental, la cual determina los posibles efectos sobre el medio ambiente que cualquier proyecto o actividad pueda producir. En una primera fase, que podría durar unos cinco años, se prevé la preparación del terreno y la construcción de un primer edificio de almacenamiento del ATC y del centro tecnológico. Tras esta fase, se construirá un segundo edificio de almacenamiento que debería estar listo seis años después del inicio de explotación de la infraestructura. En la tercera y última etapa se elevaría el tercer edificio de almacenamiento, que debería acabarse catorce años después del inicio de las operaciones del ATC.


Para comprender mejor el funcionamiento del ATC, os propongo ver la infografía explicativa que se encuentra en la página www.consumer.es siguiendo este link.


Lo de a favor o en contra, lo dejo en manos de cada uno, debido a que creo que se trata de un tema tabú, del cual dices que eres partidario y no paran de lloverte críticas y la gente pasa a mirarte como una especie de diablo descerebrado que esta a favor de poner a la humanidad en riesgo, cuando simplemente entiendes que es totalmente necesaria este tipo de energía para mantener estable la producción de energía eléctrica sin poner en riesgo el medio ambiente, ya que para mi el futuro del combinado energético estará compuesto por un mix entre las energías renovables y la energía nuclear, dejando a un lado, con el paso de los años, los procesos en los que se generan grandes cantidades de CO2 .

Fuentes: www.consumer.es
             www.cadenaser.com

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